

obra hidráulica excede el periodo de las observaciones y deben hacerse
extrapolaciones a partir de los valores registrados. Una forma de extrapolar
los datos históricos consiste en emplear el método gráfico, que requiere de un
analista experimentado y presenta la desventaja de la subjetividad. Una técnica
más objetiva es encontrar la distribución de probabilidad teórica que se ajuste
mejor a los datos medidos y usar esta función para la extrapolación.


Algunas de las distribuciones de probabilidad usadas en hidrología son
normal, log-normal, gamma, Gumbel, Weibull, Pearson tipo III y log-Pearson tipo
III (Aksoy, 2000; Aparicio-Mijares, 2005). Un problema importante en el
análisis de frecuencias es la selección de una distribución de probabilidad
apropiada para los datos observados. Este problema no es exclusivo de la
hidrología, también se observa en otras áreas, como la confiabilidad y ciencias
actuariales. Quesenberry y Kent (1982) desarrollaron un criterio de selección
de distribuciones basado en estadísticos invariantes bajo transformaciones de
escala.


Demostraron la efectividad de su criterio a partir de un estudio de Monte
Carlo para distinguir entre las distribuciones exponencial, gamma, Weibull y
log-normal. Generalmente, la selección de modelos se basa en pruebas de bondad
de ajuste, que incluyen métodos gráficos y estadísticos, siendo preferibles los
métodos estadísticos por su objetividad (Shin, Jung, Jeong, & Heo, 2011).
Entre los métodos estadísticos con mayor aplicación en la hidrología se
encuentran las pruebas
de chi-cuadrado c(2) y del
error
estándar
de ajuste
(EEA) (Ganancias-
Martínez, 2009).


Otros métodos usados a menudo son los de función de distribución empírica
(FDE), que incluyen las pruebas de Kolmogorov-Smirnov (KS), Cramer-Von Mises
(CVM) y Anderson- Darling (AD) (p. ej., Laio, 2004; Suhaila & Jemain, 2007;
Dan'azumi, Shamsudin, & Aris, 2010; Shin et al., 2011; Atroosh & Moustafa, 2012). Sin embargo, las pruebas
estadísticas de bondad de ajuste tienen poco poder para rechazar distribuciones
equivocadas (Mitosek, Strupczewski, & Singh, 2002), por lo que en muchos
casos, más de una distribución puede ser aceptada por una prueba específica
(Laio, Baldasarre, & Montanari, 2009).
las
pruebas de bondad
de ajuste. Pueden
definirse diversos criterios
de selección en función de los
estadísticos de bondad de ajuste antes mencionados. Otros criterios de
selección se basan en
la función de verosimilitud, como el criterio de información de Akaike
(CIA) y el criterio de información Bayesiano (CIB) (Laioet al., 2009).
Balasooriya, Low y Wong (2005) evaluaron la efectividad de los criterios de
Akaike, y de Quesenberry y Kent. Encontraron que si bien ambos

criterios tuvieron un buen desempeño, el segundo fue ligeramente mejor;
sin embargo, la dificultad computacional de este criterio hace preferible el
empleo del CIA. Los criterios de selección de modelos probabilísticos han
recibido poca atención en la literatura hidrológica.




Mitosek et
al. (2002) consideraron
las distribuciones Weibull, gamma, Gumbel y log-normal como modelos
alternativos para la distribución de caudales pico anuales, y evaluaron estas
distribuciones usando tres índices: la desviación absoluta media, la media
cuadrática y la función de verosimilitud normalizada. Tras realizar un estudio
de Monte Carlo, concluyeron que la función de verosimilitud normalizada
representaba el mejor criterio de selección. El Adlouni, Bobée y Ouarda (2008)
utilizaron técnicas gráficas para seleccionar la clase de distribuciones que
proporciona el mejor ajuste a un conjunto de datos. Utilizaron el criterio de
clasificación de Werner y Upper (2002), quienes dividieron las distribuciones
en: a) estables; b) con cola tipo Parteo; c) regularmente variantes; d)
sub-exponenciales; e) con momentos exponenciales inexistentes.

Estos autores propusieron el empleo de métodos gráficos para determinar
la clase de la distribución y después utilizar criterios como el CIA, CIB o AD
para seleccionar la distribución de mejor ajuste. Por su parte, Laioet al. (2009)
hicieron un análisis del desempeño de tres criterios de selección de modelos: CIA, CIB y AD, aplicados
para identificar el mejor modelo
probabilístico de un ajuste de datos hidrológicos extremos.
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